Diferentes métodos para limpiar el intestino, el órgano principal en nuestra defensa contra las enfermedades. Importancia de la flora intestinal. Colonoscopia.
Antes de adoptar una alimentación crudista, debería usted adecuar previamente su sistema digestivo (aparato digestivo) para poder aprovechar con mayor seguridad todos los esfuerzos que realice.
En este sentido existen diferentes opciones, entre las cuales hay una que yo recomiendo especialmente. Según mi opinión, las restantes fórmulas suelen ser en general bastante más molestas. Si bien es cierto que puede adoptarse el crudismo de una forma progresiva y cuidadosa, la limpieza intestinal (enlace en alemán) ha logrado demostrar su eficacia. Véase también la detoxificación (enlace en inglés). |
En el caso de que haya comenzado usted la lectura con el primero de los artículos de esta serie sobre alimentación crudista, sabrá por qué razones el intestino es probablemente el “órgano de la salud” más importante debido a sus capacidades de defensa (inmunidad) frente a las enfermedades. Precisamente por esta labor de defensa tan importante, a largo plazo siempre le merecerá la pena realizar el esfuerzo de efectuar una limpieza intestinal y permitir así que el intestino se dote de una composición de microorganismos especialmente beneficiosa.
De una forma básica también habrá aprendido que las enzimas presentes en la boca, estómago e intestinos (duodeno e intestino delgado) degradan las moléculas de los alimentos y que el organismo es capaz de obtener los correspondientes compuestos en todos estos órganos. Usted sabrá reconocer la utilidad, función e importancia de la flora intestinal o biota intestinal del intestino grueso, y en realidad de todo el conjunto de los microorganismos presentes en el intestino.
Ahora también sabe cuáles son las tres fases del cambio a una alimentación a base de alimentos crudos, es decir, la adaptación de la digestión, la adaptación del sentido del gusto y la adaptación del propio cuerpo. Adoptar una alimentación crudista es un acto voluntario que sólo debe emprenderse si uno está completamente convencido de que desea hacerlo.
Si su edad es avanzada y no se ha sometido a una colonoscopia desde hace años, el proceso de limpieza intestinal puede ser la ocasión adecuada. Al fin y al cabo, dicha limpieza es un requisito previo antes de toda colonoscopia. Esta se efectúa, por ejemplo, mediante la ingesta de una solución de "Golyte.." o mezcla salina de la que se beben tres litros en un espacio de tiempo de dos horas. La colonoscopia ambulatoria podrá realizarse tres o cinco horas después de este proceso preparatorio.
En gastroenterología también se refieren al PEG (polietilenglicol, macrogol) o a una disolución más efectiva de PEG-EL, polietilenglicol con electrolitos, de la que son suficientes dos litros. Este proceso se denomina también lavado ortógrado (enlace en alemán).
Las personas que padezcan una enfermedad crónica, así como las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, sólo deberían efectuar una limpieza intestinal o una detoxificación bajo control médico. El método más sencillo consiste en ingerir sal de Glauber o sulfato de magnesio. Si su organismo tiene muchas toxinas o si padece un fuerte sobrepeso debería decantarse por un método más minucioso. Véase más abajo.
En el caso de que no desee someterse a la exploración o a la limpieza intestinal que le aconsejo, puede encontrar al final de este artículo la sugerencia de un libro de “cocina” crudista –o, mejor dicho, de un libro de “recetas” crudistas– que considero altamente recomendable.
Especialmente en los casos con historial familiar de cáncer de colon (cáncer colorrectal), estas actuaciones deberían considerarse imprescindibles para prevenir males mayores. Los pólipos del colon, por ejemplo, deberían extirparse directamente. Se trata de una forma adecuada de conocer el estado de su salud intestinal. Un cáncer de colon en sus fases iniciales puede curarse casi siempre mediante una intervención quirúrgica; sin embargo, en una fase avanzada, supone casi siempre la muerte.
Pero ¿cómo comenzar con el cambio a una alimentación crudista? Esta es la verdadera cuestión.
El resultado o la perseverancia (persistencia; enlace en inglés) se logra tan sólo cuando uno está plenamente convencido y es consciente de las consecuencias de la “vía tradicional” e, incluso, las teme. Desafortunadamente, quizás no conozca a crudistas o a auténticos veganos con quienes intercambiar impresiones. De todos modos, sin un intento de cambio correctamente realizado, uno no puede ni imaginarse las transformaciones que realmente se experimentan.
Muchas personas consideran que el crudismo es un tipo de alimentación extremista. Desconocen las ventajas que proporciona a nuestro organismo, así como que se trata de “nuestra” forma de alimentación originaria. Opinan que no es más que una dieta dictada por un pensamiento esotérico y que en la práctica resulta más perjudicial que beneficiosa. Todo esto dificulta la toma de decisiones y nos enseña que el ser humano aprende fundamentalmente después de ocurrida una catástrofe.
Y entonces, con frecuencia, el cambio llega demasiado tarde. Solamente puedo recomendarle que compare la capacidad de rendimiento de los crudistas y de los veganos, que no practican una dieta especial y sectaria, con la de otras personas de una edad similar. Pruebe a establecer conexiones.
Es posible que conozca ya una serie de buenos motivos para adoptar una alimentación crudista y que haya oído hablar también de los inconvenientes de dicha dieta. ¿Es usted consciente de su estado de salud actual y ha sabido pedir consejo? Si aún tiene dudas, tómese el tiempo necesario para sopesar los pros y los contras desde un punto de vista personal.
Pólipo intestinal sigmoide (íleon) antes de la extirpación. La detección precoz y la extirpación es una medida eficaz para la profilaxis o prevención del cáncer (enlace en inglés). |
Véase en el citado enlace la gran importancia de la alimentación para evitar el cáncer. Este efecto beneficioso de algunos alimentos es lo que se denomina un factor protector contra el cáncer, entre los cuales ¡no se incluye ningún producto de origen animal! Según podemos leer, la carne fomenta incluso la aparición de cáncer de colon y de estómago.
¿Se ha planteado usted acudir a una clínica de alimentación crudista, o a un hotel que ofrezca dicha dieta, en donde poder coincidir con otras personas que hayan acumulado experiencias relacionadas con el crudismo? O, sin ser algo tan personal pero igualmente interesante, pregunte en los foros de internet dedicados al crudismo o sígalos. Necesitará, sin embargo, una clara intuición sobre lo que es verdaderamente esencial y dotarse de sólidos puntos de apoyo para no desviarse del camino seguro.
Cuando se realiza el cambio a una alimentación crudista debe tenerse en cuenta que una infección fúngica masiva y previamente existente en el intestino (p. ej. una candidiasis) reaccionará de un modo diferente a como lo hace cuando uno se alimenta con productos cocinados. La razón es que el crudista ingiere en general alimentos muy distintos. Asimismo, en los inicios, es preciso observar los eventuales problemas enzimáticos o de aprovechamiento metabólico. No se trata de trastornos frecuentes, pero sí ocasionales. Igualmente debe detectarse la incidencia de un posible síndrome del intestino irritable.
El propio estado de salud es el que nos permite valorar con frecuencia y de un modo sencillo si una alimentación es adecuada o no. Quizás deba solicitar consejos si observa dificultades. En internet podrá conocer a personas que atraviesan la misma situación y que le ofrecerán gustosamente sus recomendaciones.
Lamentablemente también encontrará muchas ideas absurdas. Usted debería ser capaz de diferenciar entre los hechos y los sinsentidos. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Es preciso contar con un entendimiento activo, una buena lógica y un cierto conocimiento que nos conduzcan a la razón. El mecanismo de defensa inconsciente, es decir, una parte de nuestro carácter (tipos de carácter (enlace en alemán), personalidad, carácter), también desempeña un papel importante. Paradójicamente, el conocimiento puede ser erróneo y conducirnos a inferencias falsas. Asimismo debe tenerse en cuenta la relevancia (significado) y la significación estadística.
¿Es usted el balón o es usted quien juega con el balón? Rehúya aquellos foros que no sean moderados. Cuando sigue la opinión de las masas o de la opinión pública, usted se convierte en un balón con el que juegan. Si se interesa por alcanzar un conocimiento verdadero, con el tiempo podrá ser usted quien juegue con el balón. Aplicar la máxima “fide sed cui vide” (confía, pero mira en quién) resulta aquí de vital importancia.
En relación con el ámbito de la razón y la lógica, una imagen que a primera vista resulta paradójica.
El cuadrado vacío tiene su razón de ser, a pesar de que las superficies de cada una de las formas intercambiables sean iguales. La explicación gráfica de esta ilusión óptica la encontrará al final del artículo. |
Por otro lado, con el cambio a la alimentación recomendada, su peso corporal se modificará automáticamente hasta alcanzar el “peso biológico ideal” en el plazo de unos cuatro a seis meses.
Mi propia experiencia (177 cm), al realizar de nuevo el cambio a una alimentación crudista en el año 2011, consistió en una disminución de peso desde unos 74/75 kg iniciales hasta los 65 kg, es decir, el peso que tenía cuando contaba 18 años. El peso biológico ideal (BMI = 20) es, en mi caso, de unos 62/63 kg. Como soy una persona a la que le gusta comer, mi peso (2001) se mantuvo en general estable, oscilando entre los 65/66 kg.
En el año 2014, mi peso alcanzó los 67/68 kg y después de las vacaciones, cuando consumo a veces alimentos cocinados, se suele incrementar un poco aunque lo hace de forma temporal.
Otras personas nos relatan experiencias diferentes. Se trata de individuos verdaderamente “intoxicados”, como, por ejemplo, grandes fumadores o personas con un elevado consumo de proteínas. En estos casos, el organismo comienza a realizar una especie de desintoxicación que puede incrementar transitoriamente aquellas molestias que ya existían antes u ocasionar nuevos trastornos que desaparecerán con el tiempo.
En mi caso personal, durante varias semanas del verano de 2001, estuve sintiendo pinchazos en la zona del páncreas y de la vesícula biliar, y posteriormente también en la parte izquierda del estómago. Como tenía confianza en mi sistema –me refiero a la alimentación crudista y a los mecanismos de defensa de mi propio organismo– decidí no acudir al médico. Los pinchazos desaparecieron por sí solos al cabo de unas semanas.
A día de hoy (2014), sé que tengo cálculos biliares en la vesícula y dos enormes quistes en el hígado. Sé también que no necesito una intervención médica mientras no surjan verdaderas complicaciones. Una alimentación crudista no puede curar un problema así, pero, sin embargo, sí puede mejorar las funciones de los órganos afectados.
En caso de que observe molestias que surjan con el proceso de cambio, mi consejo es que se ponga en contacto con un médico que tenga experiencia en alimentación crudista. Si esto no le resultase posible, busque un médico comprensivo que pueda acompañarle eventualmente durante el proceso de cambio o que pueda explicarle los motivos de las “extrañas molestias” que padezca. Lamentablemente, hasta la fecha no se ha podido efectuar un listado de este tipo de médicos.
En la era de internet resulta muy sencillo intercambiar experiencias, incluso para un principiante. Comparta con nosotros y con el resto de los lectores sus propias experiencias al final de este artículo, también las relacionadas con el ámbito médico. Nos gustaría poder presentar directamente a médicos interesados en el crudismo, sobre todo porque no creo que ellos mismos deban autorecomendarse.
Cuando el organismo está dañado desde hace décadas, el cambio a una alimentación a base de crudos resulta generalmente más difícil. Sólo cuando surge un grave problema de salud, algunas personas se sienten capaces de abandonar sus antiguas costumbres y volcarse de lleno en una nueva aventura. Por otro lado, muchas personas mayores suelen presentar problemas dentales, dificultades digestivas, debilidades enzimáticas, así como un funcionamiento deficiente del sistema gastrointestinal ocasionado por los largos años de consumo de alimentos cocinados.
Al principio, el correcto masticado de los alimentos vegetales ricos en fibra resulta complicado. Por este motivo pueden originarse flatulencias, diarreas y calambres en el estómago. Evidentemente, los alimentos crudos pueden prepararse –triturándolos o convirtiéndolos en purés– para que puedan ser consumidos por las personas de edad más avanzada. Con frecuencia, no obstante, muchos ancianos solicitarán platos cocinados, al estar habituados a consumir productos cocinados de forma intensiva y porque además estos se consideraban antes como alimentos ya “medio digeridos”.
Un compromiso –a ser posible temporal– basado en el consumo de verduras, patatas, etc., cocinadas al vapor puede tener sentido [217-8] al iniciarse el proceso de cambio. No obstante, creo que esto puede originar mayores trastornos intestinales. Al fin y al cabo, los alimentos cocinados y los crudos se comportan de un modo diferente en el intestino. Más información en otro apartado (véase p. ej. el concepto clave: tránsito a través del sistema gastrointestinal).
© CC-by 2.0, Nomi Shannon, Foundation Diet and Health | Existen numerosos libros para la preparación de exquisitos platos con alimentos crudos, también en alemán y castellano. En los Estados Unidos se asiste a una presión mayor que en Europa en relación con el cambio de los hábitos alimenticios. La razón estriba en que la mayoría de los norteamericanos se alimenta bastante peor que los europeos. Comen menos en función de las necesidades del propio organismo y más para satisfacer el gusto y el paladar. |
En general se desconoce la gran importancia de la flora intestinal para el organismo humano. La disbiosis (disbacteriosis) y especialmente las micosis intestinales disminuyen las defensas y generan una absorción deficitaria de nutrientes que son vitales para nuestro cuerpo.
El doctor Paul-Gerhardt Seeger, biólogo e investigador sobre el cáncer, escribió ya en la década de 1930 una extensa obra denominada “Bakterien – Freunde oder Feinde des Menschen?” (Bacterias - ¿amigas o enemigas de la humanidad?) en la que decía lo siguiente:
Es de crucial importancia para la conservación de la salud del organismo, el mantenimiento de una anaerobiosis (libre de oxígeno) en el intestino grueso que dependerá del tipo de alimentación ingerida. Los alimentos frescos y los alimentos con ácido láctico presentan un potencial de reducción muy elevado (son ricos en hidrógeno o energía) y pasan a un estado de energía más reducido mediante la fijación del oxígeno y la liberación de la energía. Esta capacidad de reducción desaparece cuando los alimentos son cocinados.
La alimentación cocinada (o la alimentación con productos cárnicos u otras dietas de la sociedad actual) perjudica el medio y la flora del intestino al eliminar la necesaria anaerobiosis metabólica de determinadas bacterias (bífidobacterias) mediante la generación de oxígeno en el lumen intestinal. En la coloración de las heces puede reconocerse si las reacciones de reducción-oxidación en los intestinos se realizan con normalidad. Unas heces anaeróbicas y sanas presentan un color claro y amarillento al contener cantidades reducidas de pigmentos biliares. Una alimentación a base de vegetales frescos produce unas heces con el color amarillo claro característico de las heces de los bebés
. [224-9]
Desde entonces se ha publicado un gran número de libros centrados en la salud intestinal, pero que describen floras en proporciones diferentes.
Todos coinciden, sin embargo, en que una persona sana presenta, como parte de su microbiota, una flora intestinal muy distinta de la de una persona enferma. Asimismo, entre las personas sanas también se detectan diferencias debidas a diversas causas.
La colonización por parte de las bacterias se produce desde el nacimiento y es diferente según se nazca mediante cesárea o mediante parto natural. Por este motivo, los cuidados que recibe el niño, entre ellos el comportamiento alimenticio, resultan decisivos.
En el intestino de un adulto activo se encuentra un mínimo de 500 a 1.000 tipos distintos de microorganismos.
Este ecosistema se compone principalmente de bacterias anaeróbicas (flora bacteriana) que suman una cifra total de entre 10 y 100 billones. La masa total de la flora microbiana en el tracto intestinal de un adulto pesa entre 1.000 y 2.000 gramos.
Más de un 50 % de los microorganismos observados en pruebas microscópicas realizadas sobre heces no pueden someterse a un posterior cultivo.
Igualmente, el intestino alberga determinados hongos, que deberían ser los adecuados y en una cantidad que también sea la adecuada.
Una alimentación inadecuada y/o una flora intestinal incorrecta podrían ser la causa de una formación de putrefacciones en el intestino grueso. La generación de este tipo de putrefacción se explica del siguiente modo: el tiempo de tránsito de los alimentos desde la boca hasta el ano en los casos de “dietas occidentales” es de 7 a 60 horas para los hombres y de 10 a 70 horas para las mujeres. Estos datos los corroboran los especialistas en medicina interna. Algún internista cifra como un tiempo normal de tránsito el que se extiende desde medio día hasta cuatro días.
La duración de permanencia en cada una de las secciones es la siguiente:
A pesar de estos tiempos de tránsito, la defecación puede ser completamente regular, es decir, no sólo una vez cada cuatro días o cien horas de tránsito. Las personas obesas o aquellas que sufren estreñimiento ocasional o crónico presentan unos tiempos de tránsito de los alimentos más largos y con ello se incrementa el riesgo de padecer cáncer de colon. Una posible causa de estas dolencias es la malnutrición.
Las nueces y otros productos similares, almacenados en un lugar seco, no se pudren y se conservan durante varias semanas o meses. La fruta fresca comienza a estropearse al cabo de pocos días o semanas. En cualquier caso, las diferencias existentes entre las diversas frutas son enormes. La verdura no se conserva fresca tanto tiempo y el proceso de putrefacción se inicia a los pocos días de haber sido recolectada.
Por otro lado, los productos que se deterioran con mayor velocidad son la leche no refrigerada, así como la carne y el pescado. Incluso un huevo, si no contase con su cáscara protectora o su embalaje, se vería atacado rápidamente por los microorganismos. Los alimentos cocinados también se estropean en general con mayor rapidez que los mismos alimentos en estado fresco.
La temperatura dentro del organismo humano es superior a la temperatura ambiente normal lo que contribuye a que estos procesos se realicen a mayor velocidad. Además, los productos de origen animal suelen pasar de un modo más lento a través del sistema digestivo que los alimentos de origen vegetal.
La objeción que consiste en afirmar que los alimentos se descomponen en el ambiente del estómago y del intestino delgado hasta un punto en que no se pueden producir los procesos de fermentación o putrefacción no es totalmente correcta. Para algunos compuestos sucede incluso lo contrario. El intestino grueso se encuentra repleto de microorganismos que sólo esperan el momento de poder nutrirse de las sustancias que se le ofrecen.
Antes de someterse a una intervención o antes de una colonoscopia, el intestino debe limpiarse de forma agresiva. No se trata tan sólo de efectuar un vaciado intestinal y, si esto se realiza así, es evidentemente por un buen motivo. Desconozco hasta qué punto debemos seguir las recomendaciones de los diferentes autores con sus diferentes opiniones en relación con la limpieza intestinal. Sólo espero que las descripciones que realizan sobre los posibles estados del intestino sean algo exageradas cuando se refieren a las capas de residuos que podemos acumular.
En cualquier caso, quien desee realizar una limpieza de forma correcta necesitará elegir un método que considere apropiado, siendo mi recomendación que no se deje de hacer dicha limpieza intestinal (enlace en inglés). En este sentido cabe recordar que la alimentación vegana evita la putrefacción en un doble aspecto. Por un lado, el tránsito a través del tracto gastrointestinal se realiza en tan sólo unas 24 horas y, por otro lado, los alimentos ingeridos se mantienen mejor y durante más tiempo, también a 38 grados.
Si no se eliminan los sedimentos de los antiguos residuos fecales (estancamiento) en el colon, el olor habitual de los excrementos permanecerá y pueden darse “procesos de intoxicación propia” (autointoxicación; enlace en alemán).
En otro apartado encontrará más información sobre el proceso digestivo completo, lo que le permitirá comprender las diferentes interrelaciones existentes. Se trata de procesos que en su mayor parte también determinan su olor corporal.
Estos olores pueden disimularse mediante una ducha o un baño diarios, pero se trata de una higiene que también perjudica la piel (microbiota cutánea). Sólo la versión en inglés de la Wikipedia (en “skin flora”; octubre 2015) nos ofrece información sobre los perjuicios que los lavados repetidos causan a la piel.
Ahora ya conoce los motivos por los cuales una limpieza intestinal (fundamentalmente del intestino grueso) resulta conveniente antes de realizar el cambio a una alimentación crudista, una limpieza que le permitirá evitar los problemas expuestos.
Gray escribe lo siguiente: Una alimentación inadecuada mantenida durante el tiempo puede haber perjudicado el sistema digestivo hasta tal punto que incluso comer una manzana se convierta en una fuente de problemas
. Durante una semana entera, el aparato digestivo tendrá que acostumbrarse a una alimentación a base de crudos con un tiempo de tránsito que es bastante más reducido.
También en los casos en los que no se den trastornos graves, es aconsejable realizar una limpieza intestinal profunda para eliminar los antiguos residuos, por ejemplo, cuando se desea iniciar un proceso de mejora de los hábitos alimenticios. Esta limpieza facilita enormemente el cambio desde una alimentación basada en los productos cárnicos a una dieta vegetariana o vegana.
Una razón adicional del beneficio que puede aportarle una colonoscopia, una vez realizada la limpieza intestinal, nos la explica este extracto que traducimos de la Wikipedia en alemán: El cáncer de colon es el segundo en importancia en Alemania, tanto en hombres como en mujeres. Más de un seis por ciento de la población alemana sufrirá a lo largo de su vida este tipo de cáncer. Los carcinomas colorrectales sólo producen síntomas iniciales en muy pocos casos y en general se desarrollan a partir de pólipos intestinales que son benignos en sus orígenes
.
Debe destacarse el hecho de que se trata de un proceso que puede inclinar la balanza radicalmente: los pólipos intestinales son inocuos si se extirpan. Si un cáncer de colon no está extendido, una intervención quirúrgica tiene muchas probabilidades de curar al paciente en lugar de llevarlo hacia una muerte segura. En cambio, si se han producido metástasis –detectadas o no– la predicción médica es muy negativa. Mi consejo es realizar pruebas sobre el estado de su intestino de forma suficientemente temprana.
Los sedimentos y las incrustaciones desempeñan un papel importante según la tesis de Gray. En su opinión, siempre resultará valioso proceder a una limpieza intestinal antes de realizar un verdadero cambio a una alimentación a base de alimentos crudos. Algunos autores recomiendan la utilización de enemas, ayunos, infusiones de diente de león o tomillo. Gray defiende la idea de que esto no es suficiente para todos los casos.
Un enema produce la estimulación del intestino grueso con reflejos saludables para muchas partes del organismo. Proporciona fuertes impulsos que conducen a la propia curación, en cambio no es eficaz para eliminar muchas de las sustancias perjudiciales que se encuentran en el colon.
Una hidroterapia de colon (enlace en inglés) tampoco aportaría mucho más. Tan sólo las hidroterapias repetidas, tal y como explica entre otros el doctor Norman Walker, combinadas con una alimentación basada en frutas y verduras crudas podría conducir a resultados eficaces. El agua utilizada durante el proceso debe calentarse siempre hasta alcanzar la temperatura corporal y nunca debe contener cloro.
Tomar tierra arcillosa, piedra pómez o bentonita también beneficia la acción del lavado. En los países de habla germana es muy conocido el uso de la arcilla o de la tierra arcillosa para la limpieza intestinal. Este tipo de tierra elimina la materia residual depositada en el intestino y puede reforzarse dicho proceso mediante la ingesta de cáscaras de semillas de psyllium (enlace en inglés; plantago ovata).
La ingesta de hierbas medicinales con efectos mucolíticos como el aloe, berberis (myrica cerifera), lechuga iceberg, raíz de acedera amarilla, goma arábiga, musgo irlandés, fibra de maíz, aceite de oliva, romero, ajo, uvas, calabacín, etc. es más eficaz. Además, el aloe, la lechuga iceberg, la goma arábiga y el musgo irlandés limpian la linfa. Este proceso puede reforzarse realizando un masaje linfático con un cepillo.
Existen unas 24 plantas medicinales conocidas por sus efectos mucolíticos y la mitad de ellas cuentan también con la capacidad de desobstruir, es decir, de eliminar el estreñimiento.
Si no desea “soportar” un enema ni ingerir una numerosa cantidad de sustancias diferentes, el ayuno terapéutico puede ser una solución parcial para usted. Además hay otro método menos laborioso que expondré más adelante después del capítulo sobre el ayuno.
En general, una limpieza detox (limpieza intestinal mecánica) realizada con sal de Glauber o sulfato de magnesio resulta suficiente. Estos productos pueden adquirirse en una farmacia por ejemplo. La sal de Glauber es la denominación más conocida para el sulfato de sodio decahidratado (hidratos) y es utilizada como un laxante sencillo. Esta sal acelera la evacuación y combate el estreñimiento. El uso de laxantes no debe utilizarse de forma regular salvo recomendación médica.
La limpieza intestinal puede ocasionar problemas en determinados casos, sobre todo entre los niños. Esto puede suceder, por ejemplo, cuando existen dolencias renales (índice de filtrado glomerular, IFG, GFR). Debería descartarse igualmente una limpieza de intestinos cuando se padece íleo, estenosis intestinal, dolores estomacales no diagnosticados, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal o desequilibrios electrolíticos.
La utilización del sulfato de magnesio está totalmente contraindicada en los casos de hipermagnesemia. Por otro lado, la sal de Glauber irrita la mucosa intestinal.
Traducimos el siguiente comentario del artículo en alemán sobre los laxantes de la Wikipedia: Los laxantes son los medios elegidos para tratar un estreñimiento real (es decir, una defecación que se produce menos de tres veces a la semana y que se efectúa con esfuerzo) y que no se elimina mediante una modificación del estilo de vida. Un cambio en la alimentación, con una mayor ingesta de fibra y una absorción de líquidos suficiente, reforzado por la práctica de más ejercicio físico, puede contribuir a estimular la actividad intestinal y a mejorar la consistencia de las heces
.
El sulfato de magnesio –que una de las empresas comercializadoras denomina sal de tránsito– posee una serie de aditivos que hacen que la ingesta no resulte tan desagradable. 100 gramos de sulfato de magnesio puede durarnos bastante tiempo. Una dosis se prepara con dos o tres cucharadas de té colmadas de sulfato de magnesio que se disuelven en un vaso de agua templada y se remueven bien. Tenga preparado un segundo vaso de agua para beber inmediatamente después de la disolución y eliminar así el efecto desagradable del sulfato. La disolución de sulfato de magnesio debería beberse de un solo trago. La eficacia del preparado se muestra entre una y tres horas después del consumo en forma de una fuerte necesidad de defecar.
La sal de Glauber (reusina, sal mirabilis (de admirable) o mirabilita) es la alternativa al sulfato de magnesio. Disuelva 40 gramos de sal de Glauber en medio litro de agua y añada un poco de zumo de limón. Beba esta preparación poco a poco. Posteriormente beba abundante agua o infusiones de hierbas. También en este caso, los efectos se producen transcurridas entre una y tres horas. Si no se observan los resultados esperados mediante la aplicación de este o del método anterior, debe procederse a una nueva dosis o utilizar uno de los sistemas que se describen más adelante.
Consejo: antes de iniciar una limpieza detox conceda a su organismo dos días de descanso sin ingerir alimentos excesivamente ácidos como carne, queso, leche, harina refinada, dulces, alcohol, café, té negro y té verde. Durante este periodo coma básicamente fruta y verdura para no sobrecargar la digestión. Para iniciar un auténtico proceso detox de su organismo, continúe posteriormente con una o dos semanas de alimentación vegana a base de mucha fruta y verdura.
El ayuno terapéutico se utiliza desde hace mucho tiempo como un sistema para prevenir enfermedades, así como por sus finalidades terapéuticas. Existe, como es lógico, un modelo que explica sus efectos en el organismo. Según este modelo, las moléculas de las proteínas, las grasas y los azúcares se descomponen en una serie de productos intermedios gracias a un proceso de metabolización que funciona por etapas. Un organismo sano es capaz de descomponer estos productos intermedios de un modo relativamente rápido, combinándolos con oxígeno (oxidación) o con la ayuda de enzimas, para la obtención de los productos finales: dióxido de carbono, urea y amoniaco.
Los riñones, el intestino, los pulmones y la piel se encargan de eliminar dichas sustancias. En muchas enfermedades, la citada descomposición, así como la posterior eliminación, se efectúa de un modo más lento de lo normal. El organismo comienza a acumular productos de descomposición intermedios. El ayuno rompe este círculo vicioso al disminuir fuertemente la absorción de nutrientes o, en el caso de un ayuno completo, a detenerla en su totalidad.
Así el organismo se ve obligado a aprovechar en mayor medida las sustancias almacenadas para conservar unas funciones metabólicas normales. Las sustancias “no importantes” son las que más se utilizan, se descomponen y se eliminan posteriormente. Esta es la forma en la que el organismo es capaz de limpiarse a sí mismo. El ayuno no sólo es útil para sanar enfermedades ya existentes (p. ej. reumatismo de las extremidades, hipertensión arterial, alergias), sino también para prevenirlas, por ejemplo, en el marco de una cura de primavera.
Un efecto similar aunque más reducido es el que se consigue mediante el ayuno con zumos (enlace en inglés). No es imposible que una persona que se encuentre muy cansada o que sea muy sensible a este tipo de tratamientos padezca un brote de gota como consecuencia de una cura de ayuno. En general, esta molestia no debería volver a repetirse nunca más. Por otro lado, conviene destacar que existen numerosas “curas de ayuno” diferentes.
En primer lugar mencionaré una cura que, desde mi punto de vista, debe evitarse. Se trata de la cura de Franz Xaver Mayr, que consiste en el consumo de leche y panecillos y que está pensada para el tratamiento de las dolencias del hígado, de la vesícula biliar y del estómago, así como de la obesidad, el reuma y los problemas de la piel. Se comienza con una cura a base de infusiones y al final sólo se permite el consumo de leche y panecillos. Durante el día se bebe zumo de naranja y por la tarde infusiones de hierbas.
El ayuno terapéutico de Buchinger consiste en beber infusiones, algunas de estas mezcladas con miel o zumo de limón, caldos de verduras, zumo de frutas y agua. Buchinger utilizaba este método para prevenir enfermedades y para tratar aquellas relacionadas con el sistema cardiovascular, el aparato digestivo, la piel, las articulaciones, las vías respiratorias y los trastornos alimenticios.
Los caldos de verduras, que son ricos en sustancias minerales, y el mucílago de linaza resultan curativos para las paredes intestinales. La ingesta conjunta de ambos alimentos satisface la necesidad de tomar una comida caliente.
El ayuno a base de infusiones consiste en beber solamente infusiones y agua. Las propiedades de algunas de estas infusiones refuerzan la finalidad curativa del ayuno. Las infusiones de menta, manzanilla y melisa (hoja de limón) pueden beberse sin ningún tipo de recomendación médica especial.
En los Estados Unidos, el ayuno con aceite de oliva es una cura bastante popular. Este ayuno consiste en tomar durante varios días tan sólo agua y dos cucharadas de aceite de oliva con medio vaso de zumo de naranja. Esta mezcla se bebe cuatro o cinco veces al día.
Igualmente, en este mismo país suele realizarse una cura con ceniza volcánica de siete días de duración. Varias veces al día se ingiere una mezcla de tierra arcillosa, bentonita o piedra pómez junto con semillas de psyllium.
Si al finalizar el ayuno no se reinstaura rápidamente un ritmo regular de defecación, puede recurrirse a los enemas de agua. La finalización de un ayuno (enlace en alemán), romper el ayuno o des-ayunar, debería comenzarse mediante la ingesta de medio plátano y continuar con una dieta ligera como método de transición. Una dieta ligera (enlace en alemán) es una forma de alimentación que se caracteriza por ser fácilmente digerible y que también puede basarse en el consumo de alimentos crudos.
Un método diferente y que me parece más sencillo consiste en ingerir vinagre de sidra de manzana combinado con un ayuno a base de zumos. La explicación de su eficacia reside en que el vinagre de manzana contiene biotina, que es esencial para la síntesis de los ácidos grasos y que tiene un efecto limpiador de los intestinos.
Se recomienda disolver dos cucharadas de té de vinagre de manzana en un vaso de agua, que también puede mezclarse con zumo de alcachofa, zanahoria, rábano largo o remolacha. Las verduras también deberían utilizarse crudas, por ejemplo, en forma de vinagreta a base de vinagre de frutas. Durante el ayuno se beben zumos puros exprimidos de fruta o verdura y hierbas medicinales. La ingesta se realiza por la mañana, al mediodía y por la tarde o repartida en seis raciones más reducidas a lo largo del día.
El ayuno con zumos está indicado para prevenir las enfermedades, para la limpieza sanguínea, para estimular la función renal y hepática, para descargar el intestino, el corazón y la circulación, así como para combatir la obesidad.
Según mi opinión, un correcto ayuno con zumos es suficiente para las personas que “no han cometido muchos pecados”, es decir, personas con una alimentación básicamente vegetariana. En estos casos recomiendo especialmente los zumos de verduras.
Estos zumos, que pueden adquirirse ya listos para su consumo, deben ingerirse durante aproximadamente siete días en las cantidades que cada uno desee. Se trata de zumos que en general están pasteurizados, lo que significa que no son crudos.
Adicionalmente aconsejo combinar el ayuno con la cura de vinagre de manzana antes mencionada. Es una forma de evitar una limpieza intestinal a base de enemas o un auténtico ayuno, que son métodos que nos disgustan a la gran mayoría de nosotros. Es muy importante que no se coma nada sólido durante los días de ayuno.
No obstante, es cierto que la mayor parte de los crudistas no ha llevado a cabo ninguna limpieza intestinal, ni tampoco ha realizado una cura de ayuno con zumos, por el sencillo motivo de que no estaban bien informados. En cualquier caso, mi intención es abordar los diferentes aspectos lo más minuciosamente posible.
En principio no estoy de acuerdo con un método en el que su autor prescriba la compra de sus propios complementos adicionales o comprimidos. Tras la lectura del breve libro de Robert Gray, debo admitir que el autor se ha centrado en esta cuestión durante años, dedicándole esfuerzo y una profunda reflexión.
A pesar de que, según mi opinión, llega a algunas conclusiones que pueden calificarse de dudosas (p. ej. en el tema de la mucosidad linfática) o describe algunos procedimientos ante los cuales no puedo más que mostrarme escéptico, trataré de exponer su método detalladamente. Un ejemplo que provoca mi escepticismo es la mención de la observación del iris o iridología como método de diagnóstico.
Gray ofrece a los “occidentales estresados” un procedimiento sencillo pero eficaz. Parte de la base de que, en la actualidad, las funciones intestinales de la mayoría de las personas se encuentran muy dañadas debido a la contaminación medioambiental y a la elevada proporción de alimentos de origen animal de nuestra dieta. Según su tesis, los residuos duros y gomosos se depositan en las paredes intestinales, propiciando los procesos de putrefacción y perjudicando la asimilación.
Su concepto de limpieza intestinal y curación descansa sobre tres factores principales:
Al final del texto encontrará unas instrucciones fáciles de seguir.
Gray está convencido de que el intestino grueso es el órgano fundamental en el proceso de eliminación de sustancias mucoides (generadoras de mucosidad) de la linfa y lo describe incluyendo el siguiente comentario: A pesar de que esta idea pueda resultar novedosa en los círculos médicos ortodoxos
. [249-38]. Se basa en la observación de cantidades significativas de sustancias claras y mucoides que aparecen en el intestino grueso después de efectuar un drenaje linfático manual o de un masaje mediante un cepillo (enlace en alemán).
El doctor Olszewski ya había descubierto con anterioridad que el masaje mediante cepillado estimulaba el flujo linfático y el retorno desde las cisternas de la linfa (cisterna del quilo) hasta el intestino grueso (véase quilo).
Gray nos explica que:
Al igual que sucede con los alimentos muertos, las sustancias altamente tóxicas –como el café, el azúcar, el alcohol, la comida en mal estado, las drogas, los medicamentos y los productos químicos– fomentan la descarga automática de mucosidad en el sistema digestivo. Se trata de un mecanismo de defensa natural para evitar la ingesta de productos tóxicos.
Y continúa en [249-30]: No defiendo la tesis de que cada uno de nosotros deba seguir una dieta completamente libre de sustancias mucoides. Evidentemente esto sería lo aconsejable, pero la mayoría no lograría mantener este tipo de alimentación
. ¡Qué razón tiene!
Gray considera como mucosidad a las mucinas, los coloides, algunos mucopolisacáridos (glicosoaminoglicano, GAG), las mucoproteínas, las glicoproteínas y otras sustancias que se forman en los órganos respiratorios, el tracto digestivo (epitelio intestinal), el sistema linfático, el útero, la vagina, el sistema urinario, el tejido conjuntivo, etc. Excluye las sustancias no viscosas que sirven para garantizar la lubricación como, por ejemplo, la saliva [249-58].
La mucosidad también puede encontrarse en las capas internas de las cápsulas articulares.
A continuación menciona las legumbres, seguidas de los cereales con la excepción del mijo. Durante la germinación, los cereales perderían su actividad generadora de moco.
La fruta y la verdura carecerían prácticamente de dicha actividad [249-65].
Gray descarta la utilización de determinados preparados de levadura debido a su elevado contenido de suero de leche que puede alcanzar hasta un 50 %. Asimismo cita el aire contaminado como agente generador de mucosidad, p. ej. en el caso de los fumadores pasivos. Recomienda enriquecer el aire con iones negativos que se encargarían de “alejar del aire” las sustancias volátiles y los microorganismos. Las instalaciones de aire acondicionado, el aire caliente, una bajada de la presión atmosférica y el viento cálido y seco conducen a un incremento de iones positivos que pueden originar episodios de asma o alergias al polen en las personas más sensibles.
La mezcla de hierbas medicinales y semillas tiene por misión desprender los antiguos residuos solidificados y eliminarlos del intestino. Adicionalmente estimulan el desarrollo de lactobacterias (lactobacillales). Las lactobacterias son microorganismos que se encuentran en los prados, las frutas y las verduras, y que posteriormente se detectan también en la leche.
Cuando predominan las lactobacterias en el intestino, la evacuación es más frecuente y puede producirse hasta más de una vez al día. Esto es una buena señal siempre y cuando las heces mantengan su forma, pero se deshagan ligera o autónomamente y estén libres de mucosidades.
Por el contrario: Cuando el organismo se encuentra en un estado en el que los residuos de la alimentación se han depositado en el intestino y en el que se han consumido prácticamente todos los hidratos de carbono de los alimentos, ya no puede formarse una cantidad de lactobacterias saludable y serán las bacterias causantes de la putrefacción las que predominen. Esto puede suceder porque las proteínas, que constituyen la alimentación de las bacterias de la putrefacción, son mucho más difíciles de digerir y de asimilar que las lactobacterias y por este motivo siempre están presentes en los residuos alimenticios
. [249-73].
En este sentido, la cebolla es un producto fundamental. Tanto este como otros muchos alimentos crudos son quizás la explicación real del verdadero éxito de la “dieta mediterránea” como forma de alimentación saludable. Así, en una ensalada griega no faltará nunca la cebolla. Igualmente, las patatas crudas no son sólo beneficiosas para el estómago, sino que también cumplen la misma labor en relación con los carbohidratos que aportan. De todos modos, no debe exagerarse su consumo y una ingesta de una de estas “unidades” al día resulta más que suficiente. Véase también el enlace “jugo de patata” (en alemán).
La fibra alimentaria produce el mismo efecto y disminuye además los índices de grasas en sangre. Gray no aprecia mucho el salvado porque la presencia de ácido fítico en los panes integrales es causa de déficits de calcio. Incluso señala lo siguiente: La ciencia considera que el ácido fítico también perjudica la reabsorción del hierro y el zinc. El salvado de trigo que puede comprarse en los comercios contiene normalmente un 80 % más de ácido fítico del que se encuentra en general en el grano complet.
. [249-78].
Según Gray, las capas de mucosidad se componen principalmente de glicoproteínas (mucinas) segregadas por células específicas productoras de moco que proceden de las mucosas (túnica mucosa) de las paredes estomacales e intestinales. Este moco se produce para proteger las mucosas de ácidos incompatibles y se elimina de nuevo mediante las reacciones de los jugos biliares y pancreáticos (páncreas).
Gray incluye igualmente, entre los agentes causantes, una serie de toxinas como, por ejemplo, los medicamentos, los metales pesados, los alimentos digeridos a medias, los pesticidas, etc. Si conociésemos la composición tóxica de estas capas de mucosidad, no nos extrañarían los resultados que se logran después de su eliminación, unos resultados que a veces resultan asombrosos.
Gray combina el efecto beneficioso de las hierbas medicinales y las semillas con una serie de medidas complementarias. El masaje mediante un cepillado ayuda al sistema linfático a eliminar las sustancias que libera durante la cura. Se trataría de un sistema más eficaz que las mejores hierbas medicinales, como la lobelia y el llantén menor, hierbas citadas por el doctor J. Christopher por ejemplo. Como alimentos con efectos limpiadores del sistema linfático nos aconseja, entre otros, la lechuga iceberg, la levadura y la col, así como las infusiones de hierba luisa.
Asimismo, Gray recomienda encarecidamente una alimentación vegana (vegetal) pura porque los alimentos de origen animal (en especial los lácteos) fomentan las obstrucciones del tracto digestivo con las mucosidades e impiden el proceso de limpieza intestinal. Sus recomendaciones alimenticias deben aplicarse también después de finalizada la cura para contribuir a un proceso digestivo óptimo:
Puede comer usted tanta fruta y verdura como desee, pero si continúa ingiriendo, aunque sea en cantidades reducidas, productos lácteos, tofu (un alimento similar al queso elaborado con leche de soja), productos a base de harina blanca refinada y otros alimentos que producen mucosidades, continuarán depositándose en su colon residuos en estado de putrefacción. Las pocas personas cuya dieta se componga realmente de alimentos que no produzcan mucosidades también deberán eliminar las acumulaciones de sustancias residuales que se hayan depositado antes de realizar el cambio de alimentación. [249-29].
Un compuesto de hierbas medicinales con propiedades limpiadoras a base de plantago, berberis vulgaris (berberina), semillas de hinojo, corteza de frángula americana (esta corteza es un laxante natural para el intestino grueso, glucofrangulinas), raíz de jengibre, mirra, hojas de frambueso, raíz de ruibarbo (por sus antraquinonas como el rhein (enlace en inglés) y la emodina), menta (mentol), acedera común, raíz de aralia canadiense (probablemente aralia spinosa) y lobelia.
A estas se añaden los nutrientes de hierbas compuestos de alfalfa, raíz de diente de león (sustancias amargas), cola de caballo (ácido silícico y flavonoides), hierba gallinera, raíz de malvavisco (mucílagos), rumex, escaramujo (galactolípidos), frutos del espino (crataegus), musgo irlandés (musgo de Islandia), macroalgas, raíz de regaliz (por su glicirricina; véase la problemática en caso de hipertensión), y amilasas y celulasas como enzimas. De este modo, todas las vitaminas, minerales y oligoelementos estarían presentes en la cura.
La bentonita debe ingerirse junto con las cáscaras molidas de semillas de psyllium. Así se despegan las capas semisueltas de residuos fecales de las paredes intestinales y se combinan con la masa de psyllium. Este proceso provocaría una rápida evacuación en forma de partículas relativamente grandes fuera del tracto intestinal.
Las cáscaras de semillas de psyllium finamente molidas se hinchan con la bentonita líquida, así como con otros líquidos, y forman unos compuestos de sustancias blandas y gelatinosas. Estas toman la forma del tracto intestinal y barren todas las sustancias previamente despegadas como si de una escoba se tratase
.
En combinación con las hierbas medicinales de limpieza, las cáscaras molidas de semillas de psyllium constituyen una parte importante del programa “Clean-Me-Out” (Límpiame), al igual que las bacterias intestinales probióticas (alimentos probióticos).
Como quizás desee saber a qué se compromete usted realmente con este programa, le resumiré a continuación los pasos más importantes. Durante un determinado periodo de tiempo deberá tomar los comprimidos denominados de limpieza, así como un agente espesante intestinal y lactobacterias. Por cada cucharada de té de agente espesante intestinal deberá beber un cuarto de litro de líquido. Puede continuar con su alimentación habitual, aunque una alimentación crudista pura a base de frutas y verduras es más recomendable.
Puede encontrar en internet con las palabras clave “dieta sunfood” y David Wolfe, el libro “The Sunfood Diet Success System” y con el nombre de Robert Gray la dirección exacta con información sobre sus productos.
Con la palabra clave “productos lácteos” obtendrá además información sobre los motivos por los cuales Wolfe ha descartado el consumo de leche y derivados lácteos.
Véase en este sentido, la reseña de este libro sobre la nocividad de la leche. Asimismo consúltese esta otra reseña.
Robert Gray ofrece como parte de su programa un agente espesante intestinal normal de 340 gramos (consúltese en internet). El agente espesante normal es un carbohidrato vegetal soluble “prebiótico” que refuerza, nutre y aumenta la cantidad de lactobacterias, bífidobacterias y la microflora probiótica de nuestro intestino.
“El agente espesante intestinal normal está elaborado a base de vegetales molidos de primera calidad y debe ingerirse durante la etapa de limpieza de una a cuatro veces al día junto con una bebida. El ingrediente vegetal básico –las semillas de psyllium– ve reforzada su eficacia con la adición de inulina, raíz de diente de león y otras plantas curativas que inciden de un modo suave sobre los depósitos intestinales y protegen la flora intestinal” –nos dice en su publicidad.
Los ingredientes son: Cáscaras de semillas de psyllium, inulina (obtenida de la raíz de la achicoria), raíz de diente de león, espirulina de algas, clavo y calcio-d-pantoténico (vitamina B5)
.
De la página web nlnv.de (de la que también procede el texto citado más arriba) traducimos lo siguiente: El nuevo agente espesante normal posee los efectos humidificadores y de absorción necesarios para barrer fuera del aparato digestivo la materia residual viscosa despegada previamente. ¡Al mismo tiempo usted podrá limpiar su intestino e incrementar considerablemente la cantidad de sus lactobacterias! Los agentes espesantes intestinales y los comprimidos de hierbas medicinales de Holistic Horizons deberían utilizarse conjuntamente para obtener dicho resultado. Los ingredientes de ambos preparados se complementan y producen un efecto sinérgico
.
Holistic Horizons es la marca de los productos del programa de Gray.
Gray divide la cura en nueve etapas de dosificación que van desde la etapa A hasta la etapa I. Cada una de las cinco primeras etapas (A-E) tiene una duración de tres días, las dos siguientes (F + G) de dos semanas cada una, la etapa H de tres semanas y la última (I) no presenta limitación de tiempo. Durante las cuatro primeras etapas sólo se toma el agente espesante con la siguiente dosificación: 2 x 2 como prueba de tolerancia; a continuación 1 x 1 (A); 1 x 2 (B); y finalmente 2 x 1 (C + D) con la correspondiente cantidad de líquido.
El primer número de la dosificación prescrita se refiere al número de cucharadas de té rasas de espesante y el segundo número a las dosis diarias. Durante las siguientes etapas (D-I) se añaden los comprimidos de limpieza intestinal. En la etapa D y E medio comprimido, en la F y G un comprimido, en la H dos comprimidos y en la I tres comprimidos. Esto es válido con la ingesta del agente espesante que se toma del siguiente modo: 2 x 2 (E + F) y a continuación siempre 2 x 4.
Al inicio de la cura debemos efectuar una prueba de tolerancia porque las personas no reaccionamos homogéneamente debido a nuestros diferentes tipos de alimentación. Si no se siente bien al principio de la cura, debe detenerla durante tres días y volver a comenzar con la etapa A. A continuación prosiga con las siguientes etapas. La ingesta debe realizarse una hora antes de la comida principal si también desea adelgazar o una hora después si no busca este efecto adicional.
La pérdida de peso se produce por el efecto de hinchazón ya que este reduce el apetito. Posteriormente, la cuarta toma se efectuará antes de acostarse. La frecuencia y la cantidad de evacuaciones debería incrementarse y, con el transcurso del tiempo, se recuperaría el reflejo gastrocólico (reflejo del tracto gastrointestinal; enlace en inglés) y cada vez que el estómago se encuentre lleno se desencadenaría una defecación. Personalmente creo que esto sólo se experimenta durante la cura.
© CC-0 1.0, Alexbrn, Wikipedia | © CC-0 1.0, yours truly, Wikipedia |
Al principio del tratamiento es posible que sufra reacciones relacionadas con el proceso de limpieza. Si estas se diesen, debe retrocederse a una etapa más llevadera y a continuación proseguir de nuevo con las etapas siguientes. Los días prescritos se refieren a tiempos mínimos. En caso de estreñimiento, beba más líquidos o si es preciso aplíquese una lavativa o un enema. Tras la ingesta del agente espesante con el estómago vacío puede sentir malestar o acidez estomacal. Esto puede desencadenarse también si las materias residuales tóxicas despegadas de las paredes intestinales retornan al canal digestivo en grandes cantidades.
Las personas que padezcan colitis ulcerosa o una afección intestinal inflamatoria crónica, como la enfermedad de Crohn (ileítis regional, véase también ileítis terminal), deberían prescindir absolutamente de los comprimidos de limpieza. La ingesta del agente espesante y un cambio de dieta debería funcionar en este tipo de casos.
Tampoco debería realizarse esta cura si se ingiere de forma habitual ácido salicílico o medicamentos que contengan derivados de la digitalis (glucósidos cardíacos) o nitrofurantoína (en caso de infección urinaria). La granada o su zumo es un potente estimulador del intestino grueso. En general, una vez transcurridas entre tres y cinco semanas, cuando se evacúen materias en putrefacción despegadas previamente, y no materias generadoras de putrefacción, es posible que en una misma defecación aparezcan diferentes tonalidades de color en las heces. Si en estas viviesen parásitos intestinales que no se hubiesen detectado con anterioridad, también se eliminarían con este mismo tratamiento.
El programa no debe aplicarse durante más de tres a cinco meses para conservar la sensibilidad al preparado de hierbas medicinales y no desarrollar una resistencia homeostática [249-138].
La limpieza intestinal puede intensificarse mediante un masaje con un cepillo (enlace en alemán). Para realizar este masaje se utiliza un sencillo “cepillo de baño” de mango largo y cerdas vegetales. Este cepillo no debe utilizarse en el baño sino en seco. No debe realizarse el clásico cepillado con un movimiento hacia delante y hacia atrás. El masaje consiste en cepillar suavemente desde todas las partes del cuerpo hacia el abdomen, por ejemplo, sobre el cuello, hombros y tronco hacia abajo con un movimiento dinámico de “barrido”.
Desde los brazos y piernas se cepilla hacia el tronco. El proceso dura unos cuatro minutos y resulta muy agradable. El masaje con cepillo puede realizarse diariamente, sin embargo, a más tardar a los tres meses de comenzarlo, debería reducirse a dos cepillados semanales para no generar un efecto de habituación del organismo.
Se trata de una bebida que puede prepararse fácilmente en casa y que está recomendada por diferentes autores especializados en alimentación cruda, entre ellos se encuentra también la doctora Ann Wigmore. Sus seguidores han creado una página web informativa sobre crudismo [living-foods.com]. La mayoría de estos autores utilizan los granos de cereales como productos básicos.
© CC-by-sa 3.0, Veganoo, Wikipedia | En los Estados Unidos, el rejuvelac es bastante conocido. Para prepararlo se germinan granos de quínoa, cebada, mijo, alforfón o arroz, o bien se compran germinados frescos. Se dejan reposar en agua limpia durante dos días a temperatura ambiente. A continuación se separan los germinados y se utiliza el líquido restante como bebida lista para consumir. Con la masa de germinados puede elaborarse durante un máximo de 24 horas una cantidad de rejuvelac adicional, pero solamente debe utilizarse una vez porque después los germinados se pudren. |
En Rumanía se conoce como bors, una sopa tradicional elaborada a base de salvado de trigo fermentado. En otros países de Europa del Este, el borsch es una sopa cruda o cocinada, fermentada de forma natural o no, que incluye remolacha. En este enlace en inglés “lista de alimentos fermentados” podrá consultar una lista detallada de productos con fermentación espontánea o generada. Pocos de estos alimentos son crudos o están exentos de leche o soja. Véase, por ejemplo, la kombucha. El marinado o el escabechado son otros métodos de conservación de los alimentos.
En mi opinión, el sistema descrito se adapta mejor a nuestra finalidad. Las lactobacterias resultan beneficiosas no sólo después de un tratamiento con antibióticos, sino también en la realización de la citada cura.
Además son fáciles de cultivar:
La col es una verdura en la que bullen las lactobacterias. Para elaborar un rejuvelac de col e iniciar la fermentación no se precisa por lo tanto ningún agente impulsador. Se comienza por la mañana mezclando 1 ¾ tazas de agua limpia o destilada con 3 tazas de col fresca, suelta y cortada en trozos gruesos, así como 1/8 de cuchara de té de ajo molido seco
.
Ajuste al principio la velocidad de su batidora en el nivel más bajo y después súbala al máximo y ¡bata la mezcla algo más de 30 segundos! Vierta la mezcla en un recipiente de mayor tamaño, tápelo y déjelo reposar tres días a temperatura ambiente. A continuación ya puede decantar el líquido para obtener un rejuvelac
. [249-146].
En cuanto al agua, al menos en Suiza (en España también), el agua de grifo puede utilizarse en la mayoría de los lugares. Si se ha sometido el agua a un proceso de cloración, es recomendable hervirla durante 30 minutos para eliminar los eventuales residuos de cloro y las posibles bacterias. Una buena alternativa es utilizar agua mineral no carbonatada.
A continuación elabore su rejuvelac (enlace en inglés) en el plazo de 24 horas: mezcle bien 1 ⅟₂ tazas de agua y 1 ⅟₂ tazas de un rejuvelac ya preparado y añada la col. En cualquier caso, es aconsejable recomenzar frecuentemente con un lote fresco (48 horas) para evitar fermentaciones inadecuadas.
Un buen rejuvelac posee un sabor delicadamente ácido. Se trata de un sabor que se sitúa entre el que caracteriza al agua mineral y el gusto del suero de yogur –escribe Gray. Un rejuvelac mal preparado tiene un sabor y un aroma ligeramente rancio (como el de un queso pasado) y no debería consumirse. El rejuvelac se bebe hasta 24 horas tras su preparación y la bebida restante debe descartarse.
Si ha leído mis escritos sobre la limpieza intestinal, puede que alguno de los métodos le haya convencido o es posible que se pregunte “¿para qué tanto misterio?” y prefiera iniciar de inmediato el cambio a una alimentación crudista.
De un médico internista no sería de extrañar oír la siguiente afirmación: “Antes de una operación de colon, el intestino se limpia en un plazo de tres días. He visto muchos intestinos gruesos desde el interior y puedo asegurar que quedan limpios”.
En mi caso personal, durante mi primera adaptación a una dieta crudista y sin ser consciente de la “necesidad” de efectuar una limpieza intestinal, llevé a cabo por pura casualidad un ayuno completo con zumos de diez días. Sin duda, esta cura produjo sus resultados. Posteriormente desarrollé un desayuno repleto de frutas, con la finalidad de sustituir al tradicional desayuno con pan, al que denominé Muesli Erb. Ya antes mi alimentación se caracterizaba por ser bastante moderada.
Con ocasión de una colonoscopia pude contemplar el interior de mi intestino grueso y observé que muy pocas partículas extrañas se destacaban sobre su hermosa y rosada superficie. Entendería bien el método breve y desagradable de la limpieza intestinal, y menos el sistema largo aunque probablemente más agradable de Gray, si no fuese porque existe algo más que debe tomarse en consideración.
En el año 1978, los médicos detectaron zonas oscuras en mi intestino grueso y en su informe señalaron lo siguiente: El ciego muestra una coloración pseudomelanótica (manchas marrones sucias) a pesar de que el paciente afirma no haber ingerido nunca laxantes
.
Este tipo de zonas oscuras se detectan frecuentemente en los intestinos de muchas personas sin una explicación clara sobre su origen. Esto podría significar, sin embargo, que las células nerviosas no son capaces de emitir impulsos o que los transmiten defectuosamente. En estos casos se recomienda prescindir en la medida de lo posible del consumo de ajo, cebolla, coles y azúcares dextrógiros (del “cuarto al séptimo”).
Por otro lado, es comprensible que las personas con una mala alimentación –que por otro lado también es causa de obesidad– presenten un interior intestinal como el descrito en los tratados sobre limpiezas intestinales. En estas situaciones, dicha limpieza logra restablecer claramente el funcionamiento saludable del intestino y reduce asimismo el perímetro abdominal. Así, desde este punto de vista complementario, considero que el proceso de limpieza de mayor duración también tiene su razón de ser.
Y aún más: el medio ácido del estómago presenta dos finalidades distintas. Una consiste en la eliminación de las materias que se disuelven mediante estos ácidos y la otra en la destrucción de los microorganismos. Sin embargo, los ácidos estomacales destruyen también las lactobacterias durante el tránsito intestinal.
La industria ha desarrollado comprimidos resistentes a los citados ácidos estomacales que no liberan los microorganismos beneficiosos hasta llegar al intestino. Algunos autores, como el propio Gray, consideran que se trata de microorganismos muertos. No he podido aclarar totalmente la veracidad de estos argumentos opuestos y he encontrado además contradicciones en el seno de la propia medicina convencional.
Viktorus Kulvinskas –un conocido investigador especializado en enzimas según Ann Wigmore– señala, por ejemplo, que los ácidos del estómago sólo son capaces de desactivar los microorganismos y que estos se reactivan de nuevo en el intestino delgado. En mi opinión, resulta evidente que la propia naturaleza se ha encargado desde siempre en fomentar el establecimiento de una fuerte flora de microorganismos en el intestino humano y que el tránsito a través del estómago es básicamente posible.
Ingerir una bebida que contenga grandes cantidades de microorganismos con el estómago vacío ofrece una buena oportunidad para su establecimiento. Un estómago vacío deja pasar rápidamente una bebida sin azúcar y, debido a su volumen, prácticamente no se modifica el índice pH. El reflejo y la amilasa del masticado tampoco están presentes.
Asimismo, es posible imaginar un sistema adicional: comer sin masticar en exceso porciones de verduras más grandes que cuentan naturalmente con microorganismos o que incluso se han enriquecido con anterioridad. ¿Por qué no se menciona en la elaboración del rejuvelac la posibilidad de comer igualmente los pedazos de col?
Las enzimas participan como catalizadoras en todos los procesos metabólicos. Sin las enzimas (en fase de péptidos y de polipéptidos compuestos de aminoácidos), el aparato digestivo es prácticamente incapaz de metabolizar vitaminas, oligoelementos y minerales.
¿Para qué sirven los complementos vitamínicos si faltan las indispensables enzimas? [224-12].
A la mucosa intestinal del ser humano le faltan enzimas para la complicada descomposición de los oligosacáridos procedentes de las legumbres cocinadas. Los oligosacáridos son cadenas medias y largas de azúcares. Gran parte de los carbohidratos permanecen en el intestino y sólo las bacterias y los hongos continúan el proceso de descomposición. Este proceso conduce a la formación de ácido carbónico, hidrógeno y metano. Es posible que surjan sensaciones de saciedad, malestar y flatulencia.
El proceso de germinación de legumbres, como las lentejas, las judías mungo o los garbanzos, transforma los casi indigeribles oligosacáridos en digestivos monosacáridos. La germinación activa la vida, el cocinado la destruye. [224-14].
El proceso de cambio de alimentación lo divido en tres fases: la adaptación de la digestión, la adaptación del sentido del gusto y la adaptación del cuerpo. Es cierto que este proceso depende en gran medida del modo en que se plantea cada uno el cambio de dieta. Si se padece una enfermedad grave, recomendaría dejar que el organismo ”sienta los efectos” de un cambio directo y realizado al 100 %. Si se trata de elegir una nueva forma de alimentación porque sus opiniones al respecto se han modificado, el cambio puede realizarse de un modo más paulatino. Para comenzar debería renunciar a todas las “sustancias perjudiciales”.
Bajo este concepto incluyo “productos artificiales” como el café, el chocolate, los dulces, la carne cocinada, todo lo asado, lo preparado al grill, lo gratinado, etc. Al principio, aún puede consumir verdura al vapor, quizás hasta algunas patatas hervidas, pero prescinda del pan y del resto de alimentos horneados. Como sustitutivo del pan puede comer el Muesli Erb. Es posible que con el transcurso del tiempo llegue a eliminar todos los productos de origen animal de su dieta. Limpie su intestino utilizando uno de los métodos descritos anteriormente. Y, después, cambie completamente su alimentación a una dieta crudista.
Es ahora cuando realmente comienza la adaptación de la digestión. Esta puede reforzarse, por ejemplo, mediante el consumo de col agria (chucrut) cruda. La col aporta al intestino las importantes lactobacillus bifidus. Esta “bacteria de las plantas” también puede ingerirse en comprimidos gastroresistentes.
La mayoría de las personas desconocen aún la importancia de mantener una adecuada flora intestinal. Diferentes especialistas citan por ejemplo la neurodermitis (dermatitis atópica, no pelagra) –que es una enfermedad de la piel cada vez más frecuente– como un efecto de una flora intestinal dañada con el consiguiente déficit del complejo vitamínico del grupo B. Véase [neurodermitis ch].
En Amazon podemos encontrar numerosos libros especializados en recomendaciones para curar este tipo de dermatitis, en general mediante consejos alimenticios (p. ej. en Amazon.de más de 25 libros en el año 2001). Por otro lado, las amalgamas también pueden conducir, aunque en casos muy poco frecuentes, a dicha carencia de vitaminas.
En algunas ocasiones, la primera fase del cambio puede resultar difícil, especialmente si el entorno familiar conserva su dieta cocinada.
El sentido del olfato se deshabitúa lentamente y las frutas y las verduras crudas recuperan poco a poco su sabor. Especialmente entre las verduras, la zanahoria, la remolacha, el apio, el apio nabo, la endivia, el brócoli, la achicoria (escarola), etc. estimulan muy diferentemente el sentido del gusto.
La adaptación del sentido del gusto puede durar tres meses (véase la reseña del libro “Salt Sugar Fat” en relación con la sal). Con el transcurso del tiempo, el cuerpo se modifica positivamente y la práctica de deporte y ejercicio refuerzan estos cambios beneficiosos. Cuando vea las fotografías del “antes” y el “después” entenderá perfectamente a lo que me refiero.
Una alimentación crudivegana permite comer casi “opíparamente”, sobre todo en lo que se refiere a las verduras. Sé que para una persona que no es crudista esto es difícilmente imaginable. Le propongo que se saque una fotografía antes de comenzar el cambio de dieta y otra medio año después. Hágalo en traje de baño o en ropa interior y sitúese para ambas fotografías en la misma pose.
Al cabo de medio año habrá alcanzado su nuevo peso, siempre y cuando su sobrepeso inicial fuese inferior a diez kilos. Que continúe adelgazando o no dependerá de su IMC actual. Me agradaría mucho recibir informes sobre sus experiencias, a ser posible con fotografías, y especialmente si nos autoriza a publicarlos. Unos informes bien documentados ayudarán a otras personas en su proceso de cambio. Gracias por utilizar el espacio destinado a los comentarios (eventualmente señalado con “intern”).
Si no se ve capaz de adaptarse a todo este proceso, al menos comience con un desayuno crudo probando el Muesli Erb. A la hora de comer tome, por ejemplo, frutas, bayas y nueces de todo tipo. Un tentempié puede consistir en manzanas. Para la cena prepare verduras al vapor bien condimentadas y prescinda de todo tipo de pasta. Si usted o su familia se ven incapaces de comer tan sólo verdura, consuma en la medida de lo posible arroz natural en lugar de patatas. En este sentido, los aguacates son de gran ayuda por su efecto saciante. Una dieta sin alimentos de origen animal no conlleva los problemas mencionados anteriormente, sobre todo si se alterna entre alimentación cruda y alimentación cocinada ligera. Al principio pruebe para la cena diferentes verduras crudas, como zanahorias, tomates, apio, etc., con un guacamole preparado en casa, es decir, una salsa para untar elaborada con aguacate. Es aconsejable cenar lo antes posible y no comer nada más después.
La dieta vegana aparece mencionada en el artículo de la Wikipedia en alemán sobre prevención del cáncer del que traducimos varias de sus argumentaciones:
La eficacia de algunas de las medidas o normas de conducta se ha verificado científicamente mediante numerosos estudios retrospectivos y epidemiológicos. (…) Se ha estimado que aproximadamente la mitad de todos los casos de cáncer hubiesen podido evitarse con un cambio en el tipo y en la forma del estilo de vida (lifestyle).
Debe diferenciarse entre profilaxis del cáncer y prevención del cáncer (también: diagnóstico precoz del cáncer). (…)
Evitar la exposición a los carcinógenos es uno de los principales puntos de partida para la prevención del cáncer. Otro factor consiste en la ingesta de alimentos o de suplementos alimenticios que protejan contra el cáncer. Se ha demostrado que la vacunación frente a determinados virus (hepatitis B y virus del papiloma humano) disminuye claramente el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.
El Código Europeo contra el Cáncer, en su tercera edición de 2003, expone los siguientes siete puntos en relación con el estilo de vida:
Renunciar al consumo del tabaco; si esto no es posible, renunciar a fumar en presencia de no fumadores
Evitar la obesidad
Ejercicio físico diario
Mayor consumo de frutas y verduras, al menos cinco veces al día, y reducción del consumo de grasas de origen animal
Limitar el consumo de alcohol a dos bebidas diarias para los hombres y a una para las mujeres
Evitar la exposición excesiva a los rayos del sol, en especial los niños y los jóvenes
Respetar de forma estricta las normas de utilización de sustancias cancerígenas o potencialmente cancerígenas
Se considera que algunos alimentos tienen un efecto “probablemente protector frente al cáncer” ("probable"). Entre estos se incluyen:
Verduras con poca fécula (p. ej. brócoli, coliflor, calabacín, col rizada y espinaca) que actúan en la boca, faringe, laringe, esófago y estómago
Verduras del género allium (p. ej. ajo silvestre, cebolla, cebollino y escalonia) que actúan en el estómago
Ajo, que actúa en el colon y recto
Frutas (p. ej. manzana, pera, uva de mesa y plátano) que actúan en la boca, faringe, laringe, esófago, pulmones y estómago
Alimentos con ácido fólico (p. ej. productos integrales, verduras de hoja verde, remolacha, brócoli, zanahoria, espárrago, col de Bruselas, tomate, yema de huevo y nueces) que actúan en el páncreas
Alimentos que contienen carotenoides (p. ej. zanahoria, espinaca, albaricoque, pimiento y gambas) que actúan en la boca, faringe, laringe y pulmones
Alimentos que contienen betacarotenos (p. ej. zanahoria, boniato, calabaza, albaricoque, espinaca, brócoli y remolacha) que actúan en la laringe
Alimentos que contienen licopeno (p. ej. tomate, escaramujo y sandía) que actúan en la próstata
Alimentos que contienen ácido ascórbico (vitamina C) (p. ej. cítricos, escaramujo, grosella negra, perejil, col rizada y col de Bruselas) que actúan en el esófago
Alimentos que contienen selenio (p. ej. ajo) que actúan en la próstata
El Fondo Mundial de Investigación contra el Cáncer (World Cancer Research Fund; WCFR; enlace en inglés) cita nueve alimentos o grupos de alimentos adicionales con un posible efecto protector contra el cáncer (“limited suggestive”).
El estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition; enlace en inglés; Estudio Prospectivo Europeo sobre Dieta y Cáncer), desarrollado en diez países europeos, reúne desde el año 1992 datos estadísticos sobre los hábitos alimenticios, el peso, la estatura y la distribución de las grasas corporales de más de 519.000 participantes sanos al inicio del estudio.
Una mayor ingesta de fibra alimentaria disminuye el riesgo de padecer cáncer de intestino grueso. Un incremento de la cantidad de fibra diaria ingerida de 15 a 35 g reduce el riesgo en un 40 %.
Un mayor consumo de carne (carne roja) incrementa el riesgo de padecer cáncer de intestino. En cambio, el consumo de pescado reduce este riesgo significativamente. Por cada 100 g de carne roja consumida, el riesgo de padecer cáncer intestinal aumenta en un 49 %. En el caso del consumo de salchicha, el incremento es incluso de un 70 %. Por el contrario, el consumo de 100 g de pescado reduce el riesgo de padecer dicho cáncer a la mitad.
Cada 80 g de fruta y verdura diarios consumidos reducen el riesgo de padecer cáncer de boca, faringe, laringe y esófago en un 9 %. Este efecto se mantiene hasta un nivel límite de 300 g diarios. Cantidades mayores probablemente no logren disminuir el riesgo de padecer estos cánceres.
Un fuerte consumo de mantequilla, margarina y preparados de carne y pescado, en combinación con un reducido consumo de pan y zumos de fruta, incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama.
La ingestión de determinados metabolitos secundarios de las plantas tiene un efecto positivo inmediato en relación con la carcinogénesis (desarrollo de tumores):
Los antioxidantes neutralizan los radicales y eliminan los radicales libres
Los carotenoides, polifenoles y flavonoides se almacenan en el ADN del núcleo celular e impiden que los carcinógenos puedan proliferar en dicho núcleo
Los ácidos fenólicos, glucosinolatos y sulfuros inhiben determinadas enzimas que catalizan la transformación de procarcinógenos como, por ejemplo, las aflatoxinas o las nitrosaminas, en carcinógenos
En cambio, los glucosinolatos, monoterpenos, sulfuros y polifenoles estimulan enzimas con propiedades anticancerígenas
Los ácidos fenólicos, ácidos elágicos, ácidos ferúlicos y ácidos cafeicos se combinan con los hidrocarburos aromáticos policíclicos cancerígenos y los desactivan
Los fitoesteroles y saponinas inhiben la proliferación de células tumorales en el intestino grueso”.
Renunciar al consumo de tabaco y evitar el consumo de alcohol produce casi milagros. Para ilustrarlo, traducimos dos párrafos completos de la Wikipedia en alemán:
Desde un punto de vista estadístico, entre un 25 y un 30 % de todos los casos de fallecimientos producidos por el cáncer en los países desarrollados se atribuyen al tabaquismo. Entre un 87 y un 91 % de todos los cánceres de pulmón de los hombres y entre un 57 y un 86 % de las mujeres están causados por el consumo de cigarrillos.
En la actualidad, la relación existente entre fumar y el cáncer de pulmón es popularmente conocida, y no sólo por las correspondientes advertencias en las cajetillas de tabaco. Para una serie de cánceres adicionales como, por ejemplo, los carcinomas del grupo de cabeza y cuello (cáncer de boca, carcinoma de cavum, cáncer de orofaringe, cáncer de hipofaringe, cáncer de laringe, cáncer de tráquea), se ha verificado indudablemente la relación entre el tabaco y el desarrollo de la enfermedad. Los datos epidemiológicos muestran que el riesgo de padecer cáncer de mama aumenta en aproximadamente un 30 % entre las fumadoras. Asimismo, el consumo de tabaco de larga duración incrementa significativamente el riesgo de padecer cáncer colorrectal (cáncer de intestino)
.
Muchos estudios han demostrado una conexión inequívoca entre la interacción del consumo habitual de alcohol y el incremento del riesgo de padecer cáncer. En los casos de cáncer de mama, el umbral a partir del cual el riesgo es significativamente mayor se sitúa en un consumo de alcohol de entre una y dos bebidas diarias. El riesgo se incrementa sobre todo en el caso de tumores receptores de estrógenos (ER). El tipo de bebida, ya se trate de cerveza, vino, aguardientes o licores, o el color del vino, no desempeña ningún papel.
El riesgo crece en función de las dosis consumidas. De 15 a 30 g de alcohol diarios, lo que supone una o dos bebidas alcohólicas al día, incrementan el riesgo en un factor 1,33 (=33 %; el intervalo de confianza para un 95 % de probabilidad se sitúa entre 1,01 y 1,71). El riesgo crece según la dosificación: una bebida una vez a la semana aumenta el riesgo en un 2 %, dos en un fin de semana un 4 %. Un consumo excesivo de cuatro a cinco bebidas diarias incrementa el riesgo en un 55 %
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Esto es lo que dice el artículo de la Wikipedia en alemán sobre la prevención del cáncer –¡por fin con gran claridad!– a fecha de abril de 2014.
En la prensa amarilla o en los periódicos sensacionalistas, y en general en los medios de comunicación, aún encontramos una publicidad muy bien elaborada que influye en la opinión pública. Así seguimos oyendo el "cuento" del vino tinto (en lugar del consumo de uvas) como razón de lo saludable que es la dieta mediterránea, dieta que, en realidad, no es más sana. Lo único que sucede es que se registran otras causas de mortandad, diferentes de las generadas por los problemas cardiovasculares.
Quizás haya buscado algún libro de recetas para responder a preguntas del tipo: ¿cómo empiezo una dieta crudista? o ¿cómo se alimenta uno a base de crudos? o ¿cómo puedo preparar platos con alimentos crudos? Un profesor emérito y doctor en medicina de Múnich me ha enviado como detalle de agradecimiento un breve libro de recetas, muy agradable y de reciente edición, que me gustaría recomendarles.
Se trata del libro de Claudia Renner titulado “Rohvegan, mein 4-Wochen Selbstversuch” (Crudivegano, un intento personal de 4 semanas) editado en el año 2014. Se trata de un libro de 170 páginas con numerosas recetas crudistas muy variadas que me ha parecido excelente y sencillo de leer y seguir. Además incluye referencias a otros libros de recetas.
Solución: ordenadas de un modo distinto, las superficies del triángulo, que se ven iguales, logran ocupar todo el espacio debido a un trazado algo diferente de la hipotenusa. Los triángulos pequeños tienen un ángulo ligeramente distinto. La ilusión óptica se descubre al final de la construcción del triángulo. |
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