Pastel de manzana crudivegano con nueces y dátiles

Este pastel de manzana con nueces y dátiles es un delicioso postre apto para crudiveganos y fácil de preparar.

Perfil nutricional: según las pautas de las CDO (Cantidades Diarias Orientativas), una ración de esta receta cubre más del 50 % de la ingesta diaria de ácidos grasos omega-6 y omega-3, cuya proporción es bastante equilibrada gracias a las nueces. Aunque los platos dulces suelen contener muchos carbohidratos, una ración cubre una cuarta parte de la ingesta de fibra recomendada, que también retrasa la absorción de azúcar.

Cantidades: con las cantidades que hemos indicado para 10 raciones obtendrá un pastel de manzana de 26 cm de diámetro.

Nueces: las nueces del nogal común (Juglans regia) son las más ricas en ácido alfa-linolénico (un ácido graso omega 3 muy importante para el corazón). Además, son ricas en vitamina E, zinc (un oligoelemento esencial, entre otras cosas, para el hígado y el cabello) y potasio (especialmente importante para el miocardio).

Poner las almendras y las nueces en remojo: al poner en remojo las almendras y las nueces, no solo transforma su consistencia, sino que también se reduce la cantidad de ácido fítico que contienen. El ácido fítico crea complejos con algunos nutrientes, como los minerales y, de esta forma, limita su absorción por parte de nuestro organismo. Encontrará más información al respecto en el siguiente enlace:
Ácido fítico o fitatos: poner en remojo o germinar.

Las frutas secas suelen contener dióxido de azufre: el tratamiento de las frutas secas con dióxido de azufre tiene dos ventajas para los grandes productores industriales: por un lado, la capa de dióxido de azufre previene que la fruta se pudra, ya que inhibe el metabolismo de muchos microorganismos, lo que mejora la conservación del producto. Por otro, mantiene el color de la fruta. Esto último sucede, entre otras razones, por la propiedad que tiene el azufre de inhibir las enzimas que promueven la oxidación. Esto hace que la fruta sea más atractiva a la vista para muchos clientes. Sin embargo, nosotros aconsejamos no consumir fruta seca tratada con dióxido de azufre. Las razones son las siguientes: durante el proceso de conservación se destruyen algunas vitaminas, como, por ejemplo, el ácido fólico. Además, el azufre puede dañar la salud de personas asmáticas y alérgicas.

Canela: la canela es una especia que se extrae de la corteza seca del árbol de la canela. Su aroma se debe, sobre todo, al aceite de canela, que contiene un 75 % de cinamaldehído.

Tamaño óptimo del molde: recomendamos usar un molde de unos 26 cm de diámetro.

Almacenar los dátiles correctamente: los dátiles secos se conservan durante mucho más tiempo que los dátiles frescos. Mientras que los dátiles frescos deben consumirse en pocos días, los dátiles secos pueden aguantar hasta un año. Deben almacenarse en un lugar fresco, seco y con ventilación. Preferiblemente, en un sótano.

Reducir la dulzura de los dátiles: los dátiles nos proporcionan muchos nutrientes y contienen fibra, por lo que mejoran la digestión. Si los deja en remojo antes de batirlos, estarán más cremosos. El remojo también hace que pierdan dulzura, siempre y cuando no utilice ese mismo agua después. De esta forma, puede alterar el sabor de los dátiles para que no sea tan dulce.
La variedad Deglet Noor tiene un sabor especialmente dulce, que recuerda al de la miel. Por eso, es perfecto para preparar repostería y postres.

Canela: La cumarina que contiene la canela resulta tóxica en dosis altas, sobre todo en el caso de las variantes más baratas, como la canela cassia o china. Dado que la cantidad de cumarina que contiene la canela de Ceilán es una centésima parte en relación con la cassia, se recomienda utilizar la primera.

Tipos de dátiles: para la preparación de esta receta, hemos elegido la variedad Deglet Noor. Sin embargo, usted puede escoger cualquier otra, como, por ejemplo, la Medjool.

Arándanos: puede reemplazar las uvas pasas por arándanos.