Erb-Muesli: sin lactosa, sin gluten (vegano, crudista)

El Erb-Muesli es vegano, sin lactosa y crudista. Con semillas en lugar de cereales germinados, además no tiene gluten y sustituye al pan en el crudismo.

La respuesta a por qué desarrollé el Erb-Muesli y por qué lo hice además de tres maneras, la encontrarán en este texto más amplio. El Erb-Muesli contiene, gracias a las semillas que utilizamos, una excelente relación de ácidos grasos omega 3, así como dos tercios de la cantidad recomendada diaria de fibra, algo extremadamente importante para la salud intestinal.

Uno de los ingredientes del muesli tradicional (Birchermüesli) del doctor Max Bircher-Benner— compuesto de copos de avena y manzanas— es la leche condensada. En el artículo de Wikipedia que trata este tema se puede reconocer cómo el establecimiento de este muesli vegetariano —pero no vegano— se criticó sin seriedad, pues entraban en juego leguminosas, que el muesli no contenía. Se tomaron 18 voluntarios, quienes siguieron una alimentación crudivegana por su cuenta que, por supuesto, no era saludable y se elaboró una estadística con estos datos, debido a que la industria alimentaria no tenía ningún interés en promocionar la alimentación crudista natural (clean eating). Sin embargo, el doctor Bircher tuvo un destino mejor que el doctor Ignaz Semmelweis.

La reseña del libro Sal, azúcar y grasas le abrirá los ojos en relación con este tema, al igual que la de los libros Leche mejor no y El estudio de China.

La proporción de naranjas y limones que contiene el Erb-Muesli aumenta, gracias a la vitamina C, las enzimas para la conversión de los ácidos α-linolénicos (ALA) de las semillas en ácidos eicosapentaenoicos (EPA) y en ácidos docosahexaenoicos (DHA). Además, los componentes de los ingredientes que utilizamos para la elaboración del Erb-Muesli contribuyen a aumentar la protección ósea frente a la osteoporosis y mejoran, al mismo tiempo, la circulación sanguínea, que a su vez reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. También disminuye la producción y la concentración de tejidos del ácido araquidónico, que favorece la inflamación (casos de artritis, esclerosis múltiple, etc.).

Nuestra "comida casi natural" ahora tiene una palabra de moda: comida limpia (clean eating).

La mejor forma de preparar la mezcla de cereales es comprando los cereales deseados en proporciones similares o según sus preferencias, y mezclarlos en un recipiente grande. Esta mezcla nos durará, por lo general, varias semanas.

Para su conservación se pueden utilizar grandes tarros de conservas vacíos que tengan un buen sistema de cierre. Además, antes de guardar la mezcla, deberemos asegurarnos de que hemos secado bien el interior del tarro. Es recomendable protegerlo de la luz, sobre todo de la radiación solar directa. Los 70 g de mezcla de cereales se corresponden con 7 u 8 cucharadas soperas bien colmadas.

Por lo general, utilizamos cinco o seis variedades de semillas y rara vez utilizamos las semillas de chía mexicanas. El muesli (¡sin azúcar!) nos mantiene saciados durante mucho tiempo durante el día y evita que tengamos sensación de hambre. Las semillas bien conservadas pueden durar años. Sin embargo, si están molidas es posible que se rindan al ataque de las bacterias y el moho. Por eso utilizaremos semillas recién molidas o avena que machacaremos nosotros mismos. Los copos de avena procesados que se compran en los supermercados no están crudos - por los motivos mencionados anteriormente - sino pasteurizados. "Comer natural" (clean eating) es nuestro lema.

Ni que decir tiene, que también podremos utilizar semillas de sorgo, zahína, diversos tipos de amaranto como la kiwicha, el amaranto espinoso, la alegría o el amaranto blanco; el teff, la cañihua o la quinoa de diferentes colores. A excepción del mijo común, las semillas que acabamos de mencionar se denominan pseudocereales. Los pseudocereales, al igual que el mijo, no contienen gluten.

Aquellas personas que consumen muchos alimentos procesados deberían incrementar la ingesta de semillas de lino, ya que estas contienen, con diferencia, los mayores niveles de ácidos grasos omega 3 y cuentan con la capacidad de corregir algunos errores nutricionales en este sentido. Para que no se nos atasque el molinillo, recomendamos no moler semillas de lino solas. Por otro lado, si solo añadiésemos un tipo de semilla, la composición del Erb-Muesli ya no estaría equilibrada.

El Erb-Muesli puede modificarse según se desee para poder disfrutar de un sabor diferente cada día. Con los desayunos convencionales ocurre lo contrario; estos hacen que sintamos la sensación de hambre antes, ya que los carbohidratos que contienen se absorben y pasan a la sangre con gran rapidez.

La mejor forma para prepararlo es, por ejemplo, añadir copos de avena a la mezcla de semillas. Recomendamos preparar los copos de avena en casa con una trituradora de grano. Si no tenemos semillas, podemos elaborar nuestro desayuno con copos de avena, aunque entonces no lo llamaríamos Erb-Muesli.

Podemos añadirle un sabor especial a nuestro Erb-Muesli si rallamos un poco de jengibre o canela. Otra opción es moler un poco de anís común o estrellado y añadirlo a nuestra mezcla de semillas. En función de los gustos personales, también se puede utilizar vainilla, a ser posible, natural. Si nuestro objetivo es aumentar de peso, también podemos añadir dátiles cortados en láminas, uvas pasas, nueces, avellanas, etc.

Para el selenio diario recomendamos 3 - 4 nueces de Brasil, si son originarias de Bolivia. Ver texto especial sobre selenio y nuez de Brasil.

Si no somos estrictamente crudívoros o no nos importa ingerir hidratos de carbono de absorción rápida, también podremos añadir sirope de agave o confitura de arándanos. ¡A los niños les gusta más dulce que a los adultos! Sin embargo, ya no vemos esto como "comer natural" (clean eating). Frutas más dulces serían la alternativa.